El esfuerzo y desgaste que supone hacer varios espectáculos durante todo un curso es extraordinario, la mayoría de la gente ni se imagina la de horas que se trabaja fuera y dentro de la escuela para que el público pueda ver una obra de calidad donde una parte de los participantes son niñ@s.
Al cerrar el telón se produjeron momentos muy emocionantes que espero poder verbalizar en unos días ya que todavía estoy convaleciente de tanta energía y emoción.
Pero os contaré que al terminar 79 páginas fuimos a cenar Leo, Raúl y yo, casualidades de la vida que allí estaba unas de las alumnas más pequeñas de este curso. La mamá emocionada nos contó que cuando preguntó a su pequeña que tal se lo había pasado, la respuesta fue:
Mamá hoy he sido feliz.
Sinceramente, no hay mayor recompensa. Que te digan esto es algo maravilloso que te llena el corazón.
¡Todo el sacrificio valió la pena!
Enormemente agradecidos
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